Ciencia en México: ¿para dónde vamos?

Por: Rebeca Miranda Castañeda y Paulina Flores Martínez

Marzo 2021

¿Por qué te debe importar la ciencia, aunque quieras hacer algo “no relacionado” con ella, cómo por ejemplo, poner un restaurante o jugar básquetbol profesional? Te diré que la ciencia no es, solamente, estudiar mucho sobre algo en específico. La ciencia constituye una forma de observar el mundo y de pensar. Implica cuestionar lo que siempre te han dicho, averiguar más sobre ello y formar tu propio criterio. Hacer ciencia implica acercarse a los problemas de manera organizada y crear soluciones creativas. Estas habilidades se pueden aplicar en todas las situaciones que te imagines. La ciencia es asunto de todos y es inseparable de la vida diaria.

En tiempos de gran incertidumbre social y climática, cómo los que vivimos ahora, la ciencia nos permite innovar y nos ayuda a proponer respuestas a retos globales. Una sociedad donde se practica la ciencia, y ésta permea en múltiples ámbitos, construye ciudadanos críticos, un posible mayor desarrollo económico y bienestar. En palabras de la UNESCO: ‘el conocimiento tecnocientífico es fuente de autonomía y de creación de capacidades y puede ser un instrumento decisivo del desarrollo’ (2005). Te dejamos aquí un extracto del trabajo del investigador Pedro Cantú Martínez (UANL), que nos parece muy útil para destacar los fines sociales que podemos conseguir a través del desarrollo científico: 

A la Ciencia y la Tecnología le incumben aportar conocimientos para reducir la pobreza, hacer apta a la sociedad para prevenir desastres, reaccionar ante las catástrofes y emprender las tareas de reconstrucción, como también, acortar la brecha cognitiva y promover la cooperación intercultural, para un progreso seguro en el plano social y económico, para lograr los Objetivos del Desarrollo Sustentable” (Cantú, 2016). 

Sin embargo, históricamente, la ciencia y la tecnología no han estado muy arriba en la lista de prioridades de los gobiernos mexicanos. Dentro de los once países con los mayores Índices de Desarrollo Humano, siete de ellos destinan altos recursos a la investigación y desarrollo, el 2% de su ingreso (PIB). En México, se destina el 0.41% del PIB a Ciencia y Tecnología (PNUD, 2020). Pero no todo queda en el presupuesto, también tenemos varios pendientes en las condiciones de trabajo de quienes hacen posible la ciencia y materia de vinculación del sector con los sectores público, privado y empresarial. Si te interesa, estos temas se tratan a detalle en el reporte que en 2018 publicó la UNAM ‘Hacia la consolidación y desarrollo de políticas públicas en ciencia, tecnología e innovación’. Por lo anterior, en México Sostenible creemos que todos podemos y, quizás debemos, demandar a nuestros representantes que se destinen mayores recursos para el desarrollo científico y tecnológico en nuestro país como una inversión en nuestro presente y futuro.

Adicionalmente, es fundamental destacar que este año está por aprobarse una nueva Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación, ampliamente criticada en su anteproyecto, ya que centraliza la toma de decisiones a un solo organismo: el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Quizás te preguntes: ¿Cuál es el problema de que un solo organismo tome las decisiones en materia de desarrollo científico? Bueno, en nuestra opinión, esta nueva configuración se contrapone a la libertad y autonomía de investigación que son básicas para el desarrollo científico.

El artículo 12 de la aún vigente Ley de Ciencia y Tecnología señala  que el gobierno está obligado a otorgar las condiciones para fomentar, desarrollar y fortalecer en general la investigación científica. Dentro de dichas condiciones, la Fracción X de dicho artículo de la ley indica que los instrumentos de apoyo (en este caso el CONACyT) no afectarán la libertad de investigación científica y tecnológica, sin perjuicio de la regulación o limitaciones que por motivos de seguridad, de salud, de ética o de cualquier otra causa de interés público determinen las disposiciones legales. En teoría, esto implica que no suceda un “avance políticamente adoctrinado ni una actividad autorreferencial que no encuentre razones fuera de sí misma” (Sánchez, 2019). Es decir, la libertad científica conlleva la idea de que el desarrollo científico no sirve solamente a unos cuantos sino construye para el desarrollo del país.

Es así que queda en duda sí las atribuciones y recursos otorgados al CONACyT serán puestos al servicio de los intereses de este organismo. El programa institucional de CONACyT para los años 2020-2024 incluye el objetivo de  fortalecer al sector de la ciencia, tecnología e innovación mediante la articulación de un sistema que integre a los diferentes actores de desarrollo científico, tecnológico y de innovación del país para la atención de las prioridades nacionales. ¿Esto significa que sólamente se realizarán las investigaciones que se ajusten a esta agenda? Además, ¿quién decide qué es “Agenda del Estado”, qué no, y cuál será el foco de los proyectos? 

 

Un indicador que será importante evaluar para saber hacia dónde vamos es el de las publicaciones científicas. Revisa la siguiente gráfica, con información de 2014 – 2018. La gráfica describe las diez principales áreas de investigación (en relación al número de publicaciones científicas) en México, siendo las áreas de Plantas y Animales y Química las más prominentes. ¿Cómo se verá al final de 2024?

De esta manera concluimos la presentación del panorama actual y las prioridades en ciencia en México. Consideremos entonces que la intervención del Estado en el sector de la ciencia, tecnología e innovación es oportuna mientras promueva que el desarrollo científico esté vinculado con los problemas del país y su desarrollo social, económico y cultural. El Estado, además, debe garantizar, respetar y promover la libertad de investigación de los trabajadores del sector.

Así pues, te dejamos algunas de las preguntas que nos hemos hecho y que te proponemos para invitarte a la reflexión. 

¿La actual reestructuración del sector de la ciencia, tecnología e innovación en México va en línea con las necesidades reportadas por el sector? 

¿Está promoviendo el desarrollo científico necesario para el contexto actual? 

¿Las reformas propician la libertad de investigación científica?

Te invitamos a que, por favor, nos hagas llegar tus opiniones. Puedes contactarnos por aquí o por nuestras redes sociales:

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Bibliografía y referencias

·       Cámara de Diputados y Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (2020). Nota Informativa: Evolución de los Recursos Federales Aprobados para la Ciencia y el Desarrollo, 2012-2021. [en línea] Cámara de Diputados y Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. México. Consultado el 12 de marzo de 2021 de: https://www.cefp.gob.mx/publicaciones/nota/2020/notacefp0682020.pdf

·       Cantú-Martínez, P. C. (2016). Los nuevos desafíos del desarrollo sustentable hacia 2030. [en línea]. Revista Ciencia UANL, 78(19), 27-32. Recuperado el 2 de marzo de 2021 de: http://eprints.uanl.mx/11001/

·       Chimal, Carlos. (2019, febrero 6). Ciencia sin soporte, peligro inminente. [en línea]. Letras Libres. Recuperado el 18 de febrero de 2021 de: https://www.letraslibres.com/mexico/ciencia-y-tecnologia/ciencia-sin-soporte-peligro-inminente)

·       CONACyT. Programa Institucional 2020-2024. Diario Oficial de la Federación. Ciudad de México, México. 23 de junio de 2020. 

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·       Sánchez Barroso, J.A. (2019, agosto 1). La libertad de investigación. [en línea]. La Jornada. Recuperado el 8 de marzo de 2021 de: https://www.jornada.com.mx/2019/08/01/opinion/018a1pol

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·       Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. (2005). Hacia las sociedades del conocimiento. Francia: UNESCO. Recuperado el 2 de marzo de 2021 de: http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001419/141908s.pdf

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